Tras hacer fotografías y observar las aves con un telescopio desde un observatorio situado al final de la ruta, reemprendieron el camino.
Por la tarde, en la estación ornitológica de puerto Mejoral, cerca de Castuera, vieron regresar a diferentes bandos de grullas que atravesaban el valle situado a sus pies. El Sol oculto tras unas nubes, salió en ese momento, y con el resplandor de ese Sol invernal, contemplaron el paso de las grullas hacia sus dormideros, situados al pie del Embalse de la Serena. Delante de ellos pasaban las grullas que por la mañana comían en los rastrojos y ahora volaban ante sus ojos iluminadas por el sol de la tarde.
Fue un día cansado, pero bonito, para estos profesores de esta nuestra escuela pública.
Aquí nos dejaron un impresionante reportaje de su aventura para que todos podamos disfrutarlo.
Gracias a los dos.
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